jueves, 1 de diciembre de 2016

Historia de la Lengua de Señas Argentina

La Lengua de Señas Argentina o LSA es la lengua de señas empleada por la comunidad sorda
en Argentina. Su origen puede remontarse a las primeras escuelas para sordos de Buenos Aires, entre los años 1880 y 1910: la Bartolomé Ayrolo, para varones; y la Osvaldo Magnasco, para mujeres. Estas escuelas surgieron por iniciativa del Instituto Nacional de Sordomudos, por medio de la ley 1666 del 19 de septiembre de 1885. Dicha ley indicaba como fin que se “enseñen a los sordomudos a usar la palabra puesto que si no permanecerán en un estado de incapacidad moral e intelectual”. El primer director del instituto, el maestro italiano Serafino Balestra, fue el primero en implementar la metodología oralista en América latina. A su breve período lo sucedieron sin cambios los médicos argentinos Garañao y Facio; y en 1892, el italiano Luis Molfino.
En ese momento, no eran usadas durante las clases, pero los estudiantes fueron desarrollándola y las usaban por fuera de éstas; sin embargo, los alumnos de sendas escuelas habían desarrollado lenguas distintas. En 1912 se conformó la primera asociación de la comunidad, ASAM (Asociación de Sordos de Argentina) en la que se incorporaron gradualmente gran parte de los alumnos de ambas escuelas y formaron distintos tipos de lazos sociales, incluyendo la formación de nuevas familias.
Las personas sordas asisten a escuelas para sordos, y usan variaciones locales fuera de clase. Existe al menos un sistema para la escritura en LSA, aunque todavía su uso no está muy difundido: el Sistema Camps para la escritura de lenguas de señas.

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